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Las aventuras de Huckleberry Finn - Твен Марк - Страница 32


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—?Que pasa?

Me contesto:

—?No lo sabe usted, sito George?

—No. No se nada.

—Bueno, ?pues la sita Sophia se ha escapado! De verdad de la buena. Se ha escapado esta noche y nadie sabe a que hora; se ha escapado para casarse con el joven ese Harney Shepherdson, ya sabe… por lo menos eso creen. La familia se entero hace una media hora, a lo mejor algo mas, y le aseguro que no han perdido tiempo; ?en su vida ha visto manera igual de buscar escopetas y caballos! Las mujeres han ido a buscar parientes, el viejo senor Saul y los chicos se han llevado las escopetas y han salido a la carretera para tratar de cazar a ese joven y matarlo antes de que pueda cruzar el rio con sita Sophia. Me paice que vienen tiempos muy malos.

—Y Buck se marcho sin decirme nada.

—?Hombre, pues claro! No iban a mezclarlo a usted en eso. El sito Buck cargo la escopeta y dijo que volveria a casa con un Shepherdson muerto. Bueno, seguro que va a haber muchos de ellos y que se trae a uno si tiene la oportunidad.

Eche a correr por el camino del rio a toda la velocidad que pude. En seguida empece a oir disparos bastante lejos. Cuando llegue al almacen de troncos y el monton de lena donde atracan los barcos de vapor, me fui metiendo bajo los arboles y las matas hasta llegar a un buen sitio y despues me subi a la cruz de un alamillo donde no alcanzaban las balas, y mire. Habia madera apilada a cuatro pies de alto un poco por delante de mi arbol, y primero me iba a esconder alli detras, pero quiza fue una suerte que no lo hiciera.

En el campo abierto delante del almacen de troncos habia cuatro o cinco hombres que daban vueltas en sus caballos, maldecian y gritaban y trataban de alcanzar a un par de muchachos que estaban detras del monton de madera junto al desembarcadero, pero no podian llegar. Cada vez que uno de ellos se asomaba del lado del rio del monton de lena, le pegaban un tiro. Los dos chicos se daban la espalda detras de las maderas, para poder disparar en todos los sentidos.

Paso un rato y los hombres dejaron de dar vueltas y gritar. Echaron a correr hacia el almacen, y entonces uno de los muchachos apunto fijo por encima de las maderas y apeo a uno de la silla. Todos los hombres desmontaron de sus caballos, agarraron al herido y empezaron a llevarlo hacia el almacen, y en aquel momento los dos chicos echaron a correr. Se encontraban a mitad de camino del arbol en el que estaba yo antes de que los hombres se dieran cuenta. Entonces los vieron y saltaron a sus caballos y se lanzaron tras ellos. Fueron ganando terreno a los muchachos, pero no les valio de nada porque estos les llevaban bastante ventaja; llegaron al monton de maderos que habia delante de mi arbol y se metieron detras de el, de forma que volvian a estar protegidos contra los hombres. Uno de los muchachos era Buck y el otro era un chico delgado de unos diecinueve anos. Los hombres dieron vueltas un rato y despues se marcharon. En cuanto se perdieron de vista llame a Buck para que me viese. Al principio no comprendia por que le llegaba mi voz desde un arbol. Estaba la mar de sorprendido. Me dijo que permaneciera muy atento y que se lo dijera cuando volvieran a aparecer los hombres; dijo que estaban preparando alguna faena y que no iban a tardar. Yo preferia marcharme de aquel arbol, pero no me atrevia a bajar. Buck empezo a gritar y a maldecir, y juro que el y su primo Joe (que era el otro muchacho) iban a vengarse aquel mismo dia. Dijo que habian matado a su padre y sus dos hermanos y que habian muerto dos o tres de los enemigos. Dijo que los Shepherdson los esperaban en una emboscada. Buck anadio que su padre y sus hermanos tenian que haber esperado a sus parientes, porque los Shepherdson eran demasiados para ellos. Le pregunte que iba a pasar con el joven Harney y la senorita Sophia. Respondio que ya habian cruzado el rio y estaban a salvo. Me alegre, pero Buck estaba enfadadisimo por no haber matado a Harney el dia que le habia disparado; en mi vida he oido a nadie decir cosas asi.

De pronto, ?bang! ?bang! ?bang!, sonaron tres o cuatro escopetas. ?Los hombres habian avanzado juntos entre los arboles y venian por atras con sus caballos! Los chicos corrieron hacia el rio (heridos los dos), y mientras nadaban en el sentido de la corriente, los hombres corrian por la ribera disparando contra ellos y gritando: «?Matadlos, matadlos!» Me senti tan mal que casi me cai del arbol. No voy a contar todo lo que paso porque si lo contara volveria a ponerme malo. Hubiera preferido no haber llegado nunca a la orilla aquella noche para ver despues cosas asi. Nunca las voy a olvidar: todavia sueno con ellas montones de veces.

Me quede en el arbol hasta que empezo a oscurecer, porque me daba miedo bajar. A veces oia disparos a lo lejos, en el bosque, y dos veces vi grupitos de hombres que galopaban junto al almacen de troncos con escopetas, asi que calcule que continuaba la pelea. Me sentia tan desanimado que decidi no volver a acercarme a aquella casa, porque pensaba que por algun motivo yo tenia la culpa. Pensaba que aquel trozo de papel significaba que la senorita Sophia tenia que reunirse con Harney en alguna parte a las dos y media para fugarse, y que tendria que haberle contado a su padre lo del papel y la forma tan rara en que actuaba, y que entonces a lo mejor el la habria encerrado y nunca habria pasado todo aquel horror.

Cuando me baje del arbol, me deslice un rato por la orilla, encontre los dos cadaveres al borde del agua y tire de ellos hasta dejarlos en seco; despues les tape la cara y me marche a toda la velocidad que pude. Llore un poco mientras tapaba a Buck, porque se habia portado muy bien conmigo.

Acababa de oscurecer. No volvi a acercarme a la casa, sino que fui por el bosque hasta el pantano. Jim no estaba en su isla, asi que fui corriendo hacia el arroyo y me meti entre los sauces, listo para saltar a bordo y marcharme de aquel sitio tan horrible. ?La balsa habia desaparecido! ?Dios mio, que susto me lleve! Me quede sin respiracion casi un minuto. Despues logre gritar. Una voz, a menos de veinticinco pies de mi, dice:

—?Atiza! ?Eres tu, mi nino? No hagas ruido.

Era la voz de Jim, y nunca habia oido nada tan agradable. Corri un poco por la ribera y subi a bordo; Jim me agarro y me abrazo de contento que estaba de verme y dice:

—Dios te bendiga, nino, estaba seguro que habias vuelto a morir. Ha estado Jack y dice que creia que te habian pegado un tiro porque no habias vuelto a casa, asi que en este momento iba a bajar la balsa por el arroyo para estar listo para marcharme en cuanto volviese Jack y me dijera que seguro que habias muerto. Dios mio, cuanto me alegro de que hayas vuelto, mi nino.

Y voy yo y digo:

—Esta bien; esta muy bien; no me van a encontrar y creeran que he muerto y que he bajado flotando por el rio… Alli arriba hay algo que les ayudara a creerselo, asi que no pierdas tiempo, Jim, vamos a buscar el agua grande lo mas rapido que puedas.

No me quede tranquilo hasta que la balsa bajo dos millas por el centro del Mississippi. Despues colgamos nuestro farol de senales y calculamos que ya volviamos a estar libres y a salvo. Yo no habia comido nada desde ayer, asi que Jim saco unos bollos de maiz y leche con nata, y carne de cerdo con col y berzas (no hay nada mejor en el mundo cuando esta bien guisado) y mientras yo cenaba charlamos y pasamos un buen rato. Yo me alegraba mucho de alejarme de las venganzas de sangre, y Jim del pantano. Dijimos que no habia casa como una balsa, despues de todo. Otros sitios pueden parecer abarrotados y sofocantes, pero una balsa no. En una balsa se siente uno muy libre y tranquilo.

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