Que dificil es ser Dios - Стругацкие Аркадий и Борис - Страница 11
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— Y por eso quemaron a Horan — dijo Rumata tristemente.
— Si, lo quemaron. Pero dijo eso refiriendose a nosotros. Yo llevo aqui quince anos. Hasta he dejado de sonar en la Tierra. En una ocasion, cuando revolvia unos papeles, encontre la fotografia de una mujer y tarde mucho en recordar quien era. Hay veces que pienso horrorizado que he dejado de ser un miembro del Instituto para convertirme en un ejemplar de su museo, es decir, el Juez General de una republica feudal mercantil, y que en este museo ya hay una sala reservada para mi. Eso es lo realmente terrible: el tener que identificarse con este papel. Dentro de cada uno de nosotros, el noble Don lucha con el revolucionario. Y todo lo que hay a nuestro alrededor ayuda al noble Don, mientras que el revolucionario esta solo, porque hasta la Tierra hay muchos anos y muchos parsecs. — Don Kondor hizo una pausa -. Asi son las cosas, Anton — dijo despues con voz mas energica -. Debemos seguir siendo revolucionarios.
No me comprende, penso Anton — Rumata. ?Como me va a comprender? El ha tenido suerte, no sabe lo que es el Terror Gris ni quien es Don Reba. Todos los acontecimientos de que ha sido testigo durante los quince anos que lleva trabajando en este planeta se ajustan mas o menos a la teoria basica. Por eso, cuando yo le hablo de fascismo, de las Milicias Grises y de activacion de la pequena burguesia, a el le parece que todo esto son manifestaciones sentimentales. ?No juegues con la terminologia, Anton! Las confusiones terminologicas traen consecuencias peligrosas. No puede comprender que el nivel normal del salvajismo medieval corresponde al pasado feliz de Arkanar. A el le parece que Don Reba es algo asi como el Cardenal Richelieu, es decir, un politico inteligente y previsor que defiende el absolutismo frente a los desafueros de los nobles feudales. Yo soy el unico en este planeta que veo la sombra horripilante que se esta extendiendo por este pais, aunque todavia no llegue a comprender de quien es esta sombra y lo que significa… Ademas, ?como puedo convencerle si veo en sus ojos que casi esta dispuesto a mandarme a la Tierra para someterme a una cura?
— ?Como sigue nuestro estimado Sinda? — pregunto.
Don Kondor dejo de taladrarle con la mirada y gruno:
— Esta bien, gracias. — Luego, tras una pausa, dijo -: Tenemos que convencernos de una vez por todas de que ni tu, ni yo, ni ninguno de nosotros, veremos el fruto real y tangible de nuestro trabajo. Nosotros no somos fisicos, sino sociologos. Para nosotros la unidad de tiempo no es el segundo, sino el siglo, y nuestra obra no es ni siquiera sembrar, sino tan solo preparar el suelo para la siembra. A veces llegan de la Tierra algunos… entusiastas, que el diablo se los lleve, sprinters con escasa capacidad pulmonar…
Rumata sonrio de mala gana y se tironeo innecesariamente de las botas. Sprinters, penso. Si, ha habido sprinters.
Hacia diez anos, Stefan Orlovski, llamado aqui Don Kapata, comandante de una compania de ballesteros de Su Majestad Imperial, durante los tormentos publicos de dieciocho brujas estorianas, ordeno a sus soldados disparar contra los verdugos, mato a sablazos al Juez Imperial y a dos ujieres, y por fin se vio ensartado por las picas de la guardia de palacio. Mientras se retorcia agonizante no dejaba de gritar: «?Sois personas! ?Acabad con ellos!». Pero nadie podia oir su voz, ahogada por el rugido de una multitud que gritaba: «?Fuego! ?Mas fuego!»
Casi en la misma epoca, en el otro hemisferio, Cari Rosemblum, uno de los especialistas mas competentes en las guerras campesinas de Alemania y Francia, conocido alli como Pani-Pa, negociante en lanas, sublevo a los campesinos murisanos, tomo por asalto dos ciudades y fue asesinado de un flechazo por la espalda cuando intentaba poner coto a los saqueos. Todavia estaba vivo cuando acudio el helicoptero de salvamento, pero ya no podia hablar. Lo unico que hizo fue mirar a sus salvadores con una expresion culpable en sus grandes y perplejos ojos azules anegados en lagrimas.
Y poco antes de la llegada de Rumata, el amigo y confidente del tirano de Kaisan (el especialista en historia de las reformas agrarias Jerome Tafnat, perfectamente camuflado), promovio sin mas un motin palaciego, usurpo el poder, y durante dos meses intento instaurar el Siglo de Oro, sin dignarse responder a las interpelaciones que le hacian sus companeros desde la Tierra, adquirio fama de loco, y despues de salir ileso de ocho atentados fue felizmente secuestrado por el comando de emergencia del Instituto y trasladado en un submarino a la base insular que tenian en el Polo Sur.
— Y en la Tierra — murmuro Rumata — creen aun que los problemas mas dificiles de resolver son los que plantea la Fisica del Cero…
Don Kondor levanto la cabeza.
— Oh, por fin — susurro.
El potro jamajareno pateo y relincho estridentemente, y se oyo una energica maldicion pronunciada con marcado acento irukano. Se abrio la puerta y aparecio don Gug, chambelan mayor de su excelencia el Serenisimo Duque de Irukan, grueso, colorado, con el bigote arrogantemente atusado hacia arriba, una sonrisa de oreja a oreja y unos ojos pequenos y alegres que brillaban bajo los bucles de una peluca color castano. Rumata sintio el impulso de levantarse de un salto y abrazar al recien llegado, que no era otro que Pashka, su amigo de la infancia; pero don Gug asumio bruscamente una actitud formal, hizo una adusta mueca cortesana y una ligera reverencia, apretando su sombrero contra el pecho, y distendio los labios en una sonrisa de circunstancias. Rumata miro furtivamente a Alexandr Vasilievich. Pero este se habia convertido de nuevo en el Juez General y Custodio de los Grandes sellos, y estaba sentado con las piernas abiertas, la mano izquierda apoyada al costado y la derecha en la dorada empunadura de su espada.
— Habeis negado tarde, Don Gug — dijo en tono desagradable.
— Mil perdones, senor — medio grito Don Gug, al tiempo que se aproximaba a la mesa -. Juro por el raquitismo de mi duque que el retraso ha sido debido a circunstancias imprevistas. Las patrullas de Su Majestad el Rey de Arkanar me han detenido cuatro veces, y he tenido que batirme otras dos con unos desvergonzados — mientras decia esto, levanto con elegancia su brazo izquierdo y mostro la ensangrentada venda que lo cubria — Y a proposito, nobles Dones, ?de quien es ese helicoptero que hay tras la casa?
— Mio — contesto desabridamente Don Kondor -. No dispongo de tiempo para irme batiendo por las carreteras.
Don Gug sonrio amistosamente y se sento a horcajadas en el banco.
— Nobles Dones — dijo -, hemos de constatar que el sapientisimo doctor Budaj ha desaparecido misteriosamente entre la frontera irukana y el Soto de las Espadas.
El padre Kabani se agito en su camastro, se dio media vuelta y murmuro con voz espesa, sin despertarse:
— Don Reba…
— Dejad que me encargue yo de Budaj — dijo Rumata violentamente -, e intentad al menos comprenderme…
II
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