Выбери любимый жанр

Pideme lo que quieras, ahora y siempre - Maxwell Megan - Страница 44


Изменить размер шрифта:

44

Frida sonrie y, mirando a Susto, que nos observa, comenta:

—Mas feo el pobrecito no puede ser, pero tiene unos ojitos muy lindos.

Embobada, me rio y le doy un beso en la cabeza al animal.

—Es precioso. Guapisimo —afirmo.

—Pero Judith, esta clase de perro no es muy bonita. Si quieres un perro, yo tengo un amigo que tiene un criadero de razas preciosas.

—Pero yo no quiero un perro para lucirlo, Frida. Yo quiero un perro para quererlo, y Susto es carinoso y muy bueno.

?Susto? —repite, riendo—. ?Lo has llamado Susto?

—La primera vez que lo vi me dio un susto tremendo —le aclaro animadamente.

Frida comprende. Repite el nombre, y el animal da un salto en el aire mientras el pequeno Glen sonrie. Tras pasar varias horas juntas, cuando se marcha promete llamarme para vernos otro dia.

Por la tarde telefoneo a mi hermana. Llevo tiempo sin hablar con ella y necesito oir su voz.

—Cuchu, ?que te ocurre? —pregunta, alertada.

—Nada.

—?Oh, si!, algo te ocurre. Tu nunca me llamas —insiste.

Eso me hace reir. Tiene razon, pero, dispuesta a disfrutar del parloteo de mi loca Raquel, contesto:

—Lo se. Pero ahora que estoy lejos te echo mucho de menos.

—?Aisss, mi cuchufletaaaaaaaaaaaaaa...! —exclama, emocionada.

Hablamos durante un buen rato. Me pone al dia en relacion con su embarazo, sus vomitos y sus nauseas, y por extrano que parezca no me habla de sus problemas maritales. Eso me sorprende. Yo no saco el tema. Eso es buena senal.

Cuando cuelgo tras una hora de conversacion, sonrio. Me pongo el abrigo y voy al garaje. Susto, a mi silbido, sale de su escondrijo y, encantada, me voy a dar un paseo con el.

Dos dias despues, una manana, cuando Flyn y Eric se van al colegio y al trabajo respectivamente, comienzo la remodelacion del salon. Pasamos mucho tiempo en el y necesito darle otro aire. Yo misma me encargo de hacer los cambios. Norbert se horroriza por verme encima de la escalera. Dice que si el senor me viera me reganaria. Pero yo estoy acostumbrada a esas cosas, y descuelgo y cuelgo cortinas encantada de la vida. Sustituyo los cojines de cuero oscuro por los mios color pistacho, y el sillon ahora parece moderno y actual, y no soso y aburrido.

Sobre la bonita mesa redonda coloco un jarron de cristal verde y con unas maravillosas calas rojas. Quito las figuras oscuras que Eric tiene sobre la chimenea y coloco varios marcos con fotografias. Son tanto de mi familia como de la de Eric, y me enternezco al ver a mi sobrina Luz sonreir.

?Que linda es! Y cuanto la echo en falta.

Sustituyo varios cuadros, a cual mas feo, y pongo los que yo he comprado. En un lateral del salon, cuelgo un trio de cuadros de unos tulipanes verdes. ?Queda monisimo!

Por la tarde, cuando Flyn regresa del colegio y entra en el salon, su gesto se contrae. La estancia ha cambiado mucho. Ha pasado de ser un lugar sobrio a uno colorido y lleno de vida. Le horroriza, pero me da igual. Se que cualquier cosa que haga no le gustara.

Cuando Eric llega por la tarde la impresion de lo que ve le deja mudo. Su sobrio y oscuro salon ha desaparecido para dejar paso a una estancia llena de alegria y luz. Le gusta. Su cara y su gesto me lo dicen y, cuando me besa, yo sonrio ante la cara de disgusto del pequeno.

Al dia siguiente Eric decide llevar a Flyn al colegio. Por norma, siempre lo hace Norbert y el nino acepta contento. Los acompano en el coche. No se donde esta pero estoy deseosa de dar un paseo por mi cuenta por la ciudad.

A Eric no le hace gracia que yo ande por Munich sola, pero mi cabezoneria puede con la suya y al final accede. En el camino recogemos a dos ninos, Robert y Timothy. Son charlatanes y me miran con curiosidad. Yo me percato de que ambos llevan un skate de colores en las manos, justo el juguete que Eric prohibe a Flyn. Cuando llegamos al colegio, para el coche, los crios abren la puerta y se bajan. Flyn lo hace el ultimo. Despues, cierra la puerta.

—?Vaya!, no me ha dado un besito —me mofo.

Eric sonrie.

—Dale mas tiempo.

Suspiro, volteo los ojos y me rio.

—?Tu me das un besito? —pregunto cuando voy a bajarme del coche.

Sonriendo, Eric me atrae hacia el.

—Todos los que tu quieras, pequena.

Me besa y yo disfruto de su posesivo beso mientras dura.

—?Estas segura de que sabes regresar tu sola hasta la casa?

Divertida, asiento. No tengo ni idea, pero se la direccion y estoy segura de que no me perdere. Le guino un ojo.

—Por supuesto. No te preocupes.

No esta muy convencido de dejarme aqui.

—Llevas el movil, ?verdad?

Lo saco de mi bolsillo.

—A tope de carga, por si tengo que pedir ?auxilio! —respondo con guasa.

Al final, mi loco amor sonrie, le doy un beso y me bajo del vehiculo. Cierro la puerta, arranca y se va. Se que me mira por el espejo retrovisor y con la mano digo adios como una tonta. ?Madre mia, que enamoradita estoy!

Cuando el coche tuerce hacia la izquierda y lo pierdo de vista miro hacia el colegio. Hay varios grupos de ninos en la entrada y, desde mi posicion, observo que Flyn se queda parado en un lateral. Esta solo. ?Donde estan Robert y Timothy? Me quedo parada tras un arbol y observo que con disimulo mira hacia una guapa nina rubia, y me emociono.

?Aisss, mi pitufo enfadica tiene corazoncito!

Se apoya en la verja del colegio y no le quita la mirada de encima mientras ella juega y habla con otros ninos. Sonrio.

Suena un timbre y los crios comienzan a entrar. Flyn no se mueve. Espera a que la nina y sus amigas entren en el colegio, y luego lo hace el. Con curiosidad lo sigo con la mirada y de pronto veo que Robert, Timothy y otros dos chicos con sus skates en las manos se acercan a el y Flyn se para. Hablan. Uno de ellos le quita la gorra y se la tira al suelo. Cuando el se agacha a cogerla, Robert le da una patada en el trasero y Flyn cae de bruces contra el suelo. La sangre se me enciende. ?Estoy indignada! ?Que hacen?

?Malditos ninos!

Los chavales, muertos de risa, se alejan y observo como Flyn se levanta y se mira la mano. Veo que tiene sangre. Se la limpia con un kleneex que saca de su abrigo, coge la gorra y, sin levantar la mirada del suelo, entra en el colegio.

Boquiabierta, pienso en lo que ha pasado mientras me pregunto como puedo hablar de eso con Flyn.

Una vez que el nino desaparece comienzo a andar, y pronto estoy en la voragine de las calles de Munich. Eric me llama. Le indico que estoy bien y cuelgo. Tiendas..., muchas tiendas, y yo, disfrutando, me paro en todos los escaparates. Entro en una tienda de motocross y compro todo lo que necesito. Estoy emocionada. Cuando salgo mas feliz que una perdiz, observo a los viandantes. Todos llevan un gesto serio. Parecen enfadados. Pocos sonrien. Que poquito se parecen a los espanoles en eso.

Paso caminando por un puente, el Kabelsteg. Me sorprendo al ver la cantidad de candados de colores que hay en el. Con carino toco esas pequenas muestras de amor y leo nombres al azar: Iona y Peter, Benni y Marie. Incluso hay candados a los que se le han sumado pequenos candaditos con otros nombres que imagino que son los hijos. Sonrio. Me parece superromantico, y me encantaria hacerlo con Eric. Se lo tengo que proponer. Pero suelto una carcajada. Con seguridad pensara que me he vuelto loca a la par que nona.

Tras visitar una parte bonita de la ciudad, me paro ante una tienda erotica. Suena mi movil. Eric. Mi loco amor esta preocupado por mi. Le aseguro que ninguna banda de albanokosovares me ha raptado, y tras hacerle reir me despido de el. Divertida, entro en la tienda erotica.

Curiosa miro a mi alrededor. Es un local donde venden todo tipo de juguetes eroticos y lenceria sexy, y esta decorado con gusto y refinamiento. Las paredes son rojas, y todo lo que hay alli llama mi atencion. Cientos de vibradores de colores y juguetes de formas increibles estan ante mi y curioseo. Veo unas plumas negras y las cojo. Me serviran para jugar otro dia con Eric. Tambien elijo unos cubrepezones de lentejuelas negros de los que cuelgan unas borlas. La dependienta me indica que son reutilizables y que se pegan con unas almohadillas adhesivas al pezon. Me rio. Imaginarme con esto puesto ante Eric me da risa. Pero conociendolo, ?le gustara! Cuando voy a pagar, me fijo en un lateral de la tienda y suelto una carcajada al ver unos disfraces. Sonrio y cojo uno de policia malota. Lo compro. Esta noche sorprendere a mi Iceman. Cuando salgo de la tienda con mi bolsa en la mano y una sonrisa de oreja a oreja, paso ante una ferreteria. Recuerdo algo. Entro y compro un pestillo para la puerta. Quiero sexo en casa sin invitados imprevistos de ojos rasgados.

44
Перейти на страницу:

Вы читаете книгу


Maxwell Megan - Pideme lo que quieras, ahora y siempre Pideme lo que quieras, ahora y siempre
Мир литературы