Las aventuras de Huckleberry Finn - Твен Марк - Страница 6
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—Buena ropa llevas, muy buena. Te debes creer un pez gordo,?no?
—A lo mejor si y a lo mejor no —respondi.
—No te pongas chulo —va y dice—. Desde que me marche te das muchas infulas. Ya te voy a bajar yo los humos antes de terminar contigo. Y me han dicho que estas educado: que sabes leer y escribir. Te crees que ahora vales mas que tu padre, ?no?, solo porque el no sabe. Ya te ensenare yo. ?Quien te ha dicho que fueras por ahi, dandote aires? ?Quien te ha dado permiso?
—La viuda. Me lo dijo ella.
—La viuda, ?eh? Y, ?quien ha venido a darle a la viuda vela en este entierro?
—No se la ha dado nadie.
—Bueno, ya le voy a ensenar yo a meterse en sus cosas. Y mira lo que te digo: deja de ir a la escuela, ?te enteras? Ya voy a ensenar yo a esos a educar a un chico para que se de aires delante de su propio padre y haga como que vale mas que el. Que no te vuelva a coger cerca de esa escuela, ?te enteras? Tu madre no sabia leer, y tampoco sabia escribir y se murio tan tranquila. En la familia nadie aprendio a leer antes de morirse. Yo no se, y ahi estas tu dandote aires. Y yo no soy hombre para aguantar eso, ?te enteras? Oye, a ver como lees.
Saque un libro y empece a leer algo que hablaba del general Washington y de las guerras. Cuando llevaba leyendo aproximadamente medio minuto, me arranco el libro de golpe y lo tiro al otro lado de la habitacion. Y va y dice:
—Es verdad. Si que sabes. Tenia mis dudas cuando me lo dijiste. Pues mira, dejate de infulas. No te lo voy a aguantar. Voy a estar muy atento, listillo, y si te pesco por esa escuela, te doy una paliza. Si sigues asi, tambien te va a dar religiosa. Nunca he visto un chico igual.
Agarro un cromo azul y amarillo con unas vacas y un chico, y va y dice:
—?Que es esto?
—Me lo han dado por saberme bien la leccion.
Lo rompio y va y dice:
—Yo te voy a dar algo mejor: te voy a dar una buena tunda.
Se quedo sentado murmurando y grunendo un rato y luego va y dice:
—Pero estas hecho todo un dandi, ?no? Cama y sabanas, espejo y tu alfombra en el suelo, mientras que tu propio padre tiene que dormir con los cerdos en las tenerias. Nunca he visto un chico asi. Seguro que tendras menos infulas cuando acabe contigo. Pero si es que no paras de darte aires… Me han dicho que eres rico. ?Eh?… ?Como ha sido eso?
—Es mentira… asi ha sido eso.
—Mira, ten cuidado como me hablas. Ya te estoy tolerando demasiado, asi que no te pongas insolente. Llevo dos dias en el pueblo y lo unico que me han dicho todos es que eres rico. Y tambien lo he oido decir por el rio. Por eso he venido. Manana me traes ese dinero: lo quiero yo.
—No tengo dinero.
—Mentira. Lo tiene el juez Thatcher. Si que lo tienes. Y yo lo quiero.
—No tengo nada de dinero. Te lo estoy diciendo. Preguntaselo al juez Thatcher y te dira lo mismo.
—Muy bien. Voy a preguntarselo y voy a hacer que apoquine, y si no ya me enterare por que. Oye, ?cuanto llevas en el bolsillo? Damelo.
—Solo tengo un dolar y lo quiero para…
—No importa para que lo quieras… Damelo y basta.
Se lo di y lo mordio para ver si era bueno, y despues dijo que iba a ir al centro del pueblo a tomarse un whisky; que no habia bebido en todo el dia. Cuando salio al cobertizo, volvio a meter la cabeza por la ventana y me maldijo por tener infulas y tratar de ser mas que el, y cuando calcule que se habia ido ya, volvio a meter la cabeza por la ventana y me dijo que cuidado con aquella escuela, porque iba a estar muy atento y me zurraria si no dejaba de ir.
Al dia siguiente estaba borracho y fue a ver al juez Thatcher, a darle la lata tratando de hacer que le diese el dinero, pero no lo consiguio, y despues juro que iba a hacer que la ley lo obligara.
El juez y la viuda fueron a la ley para que el tribunal le quitase la custodia y que uno de ellos fuera mi tutor, pero habia llegado un juez nuevo y no conocia a mi viejo, asi que dijo que los tribunales no debian intervenir para separar familias si podian evitarlo; dijo que preferia no separar a un hijo de su padre. Asi que el juez Thatcher y la viuda tuvieron que renunciar al asunto.
El viejo estaba mas contento que unas castanuelas. Dijo que me iba a estar zurrando hasta dejarme lleno de cardenales si no le conseguia algo de dinero. Le pedi prestados tres dolares al juez Thatcher, y padre se los llevo y se emborracho y armo un lio por todas partes con sus palabrotas, sus gritos y sus escandalos, y asi siguio por todo el pueblo, dandole a una cacerola hasta casi medianoche; entonces lo encarcelaron y al dia siguiente lo llevaron al juzgado y lo volvieron a meter en la carcel una semana. Pero dijo que estaba contento, que era quien mandaba en su hijo y que ya me arreglaria las cuentas.
Cuando salio, el nuevo juez dijo que iba a convertirlo en otro hombre. Asi que se lo llevo a su casa, le dio ropa buena y limpia y lo invito a desayunar y a comer y a cenar con la familia, y se porto como un hermano con el, como quien dice. Y despues de cenar le hablo de la templanza y cosas asi hasta que el viejo se echo a llorar y dijo que habia sido un idiota y que habia desperdiciado su vida en idioteces, pero que ahora iba a cambiar totalmente y ser un hombre del que no se avergonzara nadie, y esperaba que el juez lo ayudara y no lo despreciara. El juez dijo que aquello le daba ganas de abrazarle y hasta el y su mujer se pusieron a llorar; padre dijo que habia sido un hombre al que nadie habia comprendido hasta entonces y el juez dijo que lo creia. El viejo dijo que lo que necesitaba un hombre caido era solidaridad, y el juez dijo que era cierto; asi que se pusieron a llorar otra vez. Y cuando llego la hora de acostarse el viejo se levanto y alargo la mano y va y dice:
—Mirenla, senoras y caballeros; tomenla en las suyas, denselas. Esta mano era la de un cerdo, pero ya no lo es; es la de un hombre que ha empezado una nueva vida y que morira antes que volver a la antigua. Recuerden estas palabras: no olviden que las he dicho yo. Ahora es una mano limpia; denme las suyas, no tengan miedo.
Asi que todos le dieron la mano, uno tras otro, y lloraron. La mujer del juez se la beso. Despues el viejo firmo una promesa: hizo su senal. El juez dijo que era el momento mas sacrosanto que recordaba, o algo parecido. Despues hicieron acostarse al viejo en una habitacion muy bonita, que era la de los invitados, y aquella misma noche, un rato despues, le dio una gran sed y se bajo por el tejado del porche, por una de las columnas, y cambio su chaqueta nueva por una jarra de whisky matarratas y volvio a la habitacion y se lo paso estupendamente, y hacia el amanecer volvio a salir, mas borracho que una cuba, y se cayo rodando por el tejado del porche y se rompio el brazo izquierdo por dos sitios, y casi habia muerto de congelacion cuando alguien lo encontro despues de salir el sol. Y cuando entraron a ver lo que habia en aquella habitacion para los invitados, tuvieron que buscar un piloto para que les indicara el camino.
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