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Las aventuras de Huckleberry Finn - Твен Марк - Страница 41


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Llegaron frente a la valla de Sherburn, tan apretados que no cabia ni un alfiler y armando un ruido que no podia uno oir ni lo que pensaba. Era un patio pequeno de unos veinte pies. Alguien grito: «?Tirad la valla! ?Tirad la valla!» Luego se oyo un ruido de maderas rotas, arrancadas y aplastadas y cayo la valla, y el primer grupo de la multitud empezo a entrar igual que una ola.

Justo entonces Sherburn aparece en el tejado del porchecito de la fachada, con una escopeta de dos canones en la mano, y ahi se queda, tan tranquilo y calmado, sin decir ni palabra. Se termino la escandalera y la ola de gente se echo atras. Sherburn no dijo ni una palabra; se quedo alli, mirando hacia abajo. Aquel silencio daba nervios y miedo. Sherburn recorrio la multitud lentamente con la vista, y cuando tropezaba con los ojos de alguien este intentaba aguantarle la mirada, pero no podia; bajaba los ojos, como si se le hubiera colado dentro. Y al cabo de un momento Sherburn como que se echo a reir, pero no con una risa agradable, sino con una de esas que le hace a uno sentir como si estuviera comiendo pan en el que se ha mezclado arena.

Y despues va y dice, lento y despectivo:

—?Mira que venir vosotros a linchar a nadie! Me da risa. ?Mira que pensar vosotros que teniais el coraje de linchar a un hombre! Como sois tan valientes que os atreveis a ponerles alquitran y plumas a las pobres mujeres abandonadas y sin amigos que llegan aqui, os habeis creido que teniais redanos para poner las manos encima a un hombre. ?Pero si un hombre esta perfectamente a salvo en manos de diez mil de vuestra clase…! Siempre que sea de dia y que no esteis detras de el.

»?Que si os conozco? Os conozco perfectamente. He nacido y me he criado en el Sur, y he vivido en el Norte; asi que se perfectamente como sois todos. Por termino medio, unos cobardes. En el Norte dejais que os pisotee el que quiera, pero luego volveis a casa, a buscar un espiritu humilde que lo aguante. En el Sur un hombre, el solito, ha parado a una diligencia llena de hombres a la luz del dia y les ha robado a todos. Vuestros periodicos os dicen que sois muy valientes, y de tanto oirlo creeis que sois mas valientes que todos los demas… cuando sois igual de valientes y nada mas. ?Por que vuestros jurados no mandan ahorcar a los asesinos? Porque tienen miedo de que los amigos del acusado les peguen un tiro por la espalda en la oscuridad… que es exactamente lo que harian.

»Asi que siempre absuelven, y despues un hombre va de noche con cien cobardes enmascarados a sus espaldas y lincha al sinverguenza. Os equivocais en no haber traido con vosotros a un hombre; ese es vuestro error, y el otro es que no habeis venido de noche y con caretas puestas. Os habeis traido a parte de un hombre: ese Buck Harkness, y si no hubierais contado con el para empezar, se os habria ido la fuerza por la boca.

»No queriais venir. A los tipejos como vosotros no os gustan los problemas ni los peligros. A vosotros no os gustan los problemas ni los peligros. Pero basta con que medio hombre, como ahi, Buck Harkness, grite ?A lincharlo, a lincharlo! y os da miedo echaros hacia atras, os da miedo que se vea lo que sois: unos cobardes, y por eso os poneis a gritar y os colgais de los faldones de ese medio hombre y venis aqui gritando, jurando las enormidades que vais a hacer. Lo mas lamentable que hay en el mundo es una turba de gente; eso es lo que es un ejercito: una turba de gente; no combate con valor propio, sino con el valor que les da el pertenecer a una turba y que le dan sus oficiales. Pero una turba sin un hombre a la cabeza da menos que lastima. Ahora lo que teneis que hacer es meter el rabo entre las piernas e iros a casa a meteros en un agujero. Si de verdad vais a linchar a alguien lo hareis de noche, al estilo del Sur, y cuando vengais, lo hareis con las caretas y os traereis a un hombre. Ahora, largo y llevaos con vosotros a vuestro medio hombre.

Al decir esto ultimo se echo la escopeta al brazo izquierdo y la amartillo.

El grupo retrocedio de golpe y despues se separo, y cada uno se fue a toda prisa por su cuenta, y Buck Harkness fue detras de ellos, con un aire bastante derrotado. Yo podria haberme quedado si hubiera querido, pero no queria.

Fui al circo y me quede dando vueltas por la trasera hasta que paso el vigilante y despues me meti por debajo de la lona. Tenia mi moneda de oro de veinte dolares y algo mas de dinero, pero calculaba que mas me valia ahorrarlo, porque nunca se sabe cuando se va a necesitar cuando anda uno lejos de casa y entre desconocidos y esas cosas. Hay que andarse con mucho cuidado. Yo no tengo nada en contra de gastar el dinero en circos cuando no queda mas remedio, pero tampoco tiene sentido tirarlo en ellos.

Era un circo verdaderamente estupendo. Era lo mas maravilloso que se ha visto cuando llegaban todos a caballo de dos en dos, caballeros y damas al lado, los hombres en calzoncillos y camisetas, sin zapatos ni estribos y con las manos apoyadas en los muslos, tan tranquilos y tan comodos, por lo menos veinte de ellos, y cada dama tan fina y todas tan guapas como una pandilla de reinas de verdad, con unos vestidos que costaban millones de dolares y todos llenos de diamantes. Verdaderamente daba gusto verlas; nunca he visto nada mas bonito. Y despues se fueron poniendo en pie uno por uno y fueron dando vueltas en torno al anillo, los hombres muy altos, esbeltos y erguidos, con las cabezas moviendose un poco y casi rozando el techo de la carpa, y con los vestidos de color de hoja de rosa de las damas dandoles vueltas en las caderas e inflados, de forma que parecian unos parasoles preciosos.

Y despues comenzaron a ir cada vez mas rapido, bailando todos ellos, primero con un pie en el aire y luego con el otro, con los caballos cada vez mas inclinados y el jefe de pista dando vueltas al poste central, chasqueando el latigo y gritando «?Jai! ?Jai!», y el payaso contando chistes detras de el, hasta que todos dejaron caer las riendas y cada una de las damas se puso las manos en las caderas y cada uno de los caballeros se cruzo de brazos, ?y entonces fueron los caballos y se inclinaron hasta quedar de rodillas! Asi que fueron saltando al anillo uno despues de otro, con las reverencias mas bonitas que he visto en mi vida, y despues se fueron y todo el mundo se puso a aplaudir como si se hubiera vuelto loco.

Bueno, todos los del circo hicieron las cosas mas asombrosas, y todo el tiempo el payaso hacia unos chistes que la gente casi se moria. El jefe de pista no podia decirle una palabra sin que el otro le contestara rapido como el rayo con las cosas mas divertidas del mundo, y lo que yo no podia entender en absoluto era como se le podian ocurrir tantas, tan de repente y tan oportunas. Hombre, si a mi no se me hubieran ocurrido en todo un ano. Y despues un borracho trato de meterse en la pista y dijo que queria montar a caballo, y que sabia montar tan bien como el mejor. Discutieron con el y trataron de impedirselo, pero el no les hizo caso y todo el espectaculo se paro. Entonces la gente empezo a gritarle y a reirse de el, y el se enfado y empezo a decir barbaridades, asi que el publico se enfado y muchos hombres empezaron a bajar de los bancos hacia la pista, diciendo: «?Que le den una paliza! ?que lo echen!» Y una o dos mujeres empezaron a gritar. Entonces el jefe de pista hizo un discursito diciendo que esperaba que no hubiera incidentes, y que si el hombre prometia que no armaria mas jaleo, le dejaria montar a caballo si creia que no se iba a caer. Asi que todo el mundo se echo a reir y dijo que bueno, y el hombre monto. En cuanto estuvo montado, el caballo empezo a saltar, brincar y corvetear, con los empleados del circo agarrados de la brida, tratando de frenarlo, y el borracho colgado del cuello del caballo, con los pies volando por el aire a cada salto, y toda la gente de pie, gritando y riendose tanto que se le caian las lagrimas. Y por fin, claro, a pesar de los empleados del circo, el caballo se solto y salio corriendo como un desesperado, con el borracho pegado a el y agarrado al cuello, primero con una pierna caida de un lado hasta tocar casi el suelo y despues con la otra del otro lado y la gente muerta de la risa. A mi no me parecia nada divertido; gritaba del miedo que me daba. Pero en seguida logro volver a la silla y agarrarse a la brida, cayendose primero de un lado y luego del otro, y al cabo de un momento dio un salto y dejo caer la brida, ?y se puso en pie!, con el caballo corriendo como un loco. Ahi se quedo, en pie, dejando que el caballo corriese, tan tranquilo, como si nunca hubiera estado borracho en la vida, y despues empezo a quitarse la ropa y tirarla al suelo. Se quito tantas cosas que practicamente llenaban el aire, y en total solto diecisiete trajes. Y ahi se quedo, esbelto y bien parecido, vestido de la forma mas bonita y llamativa del mundo, y le dio al caballo con el latigo para hacerle correr todavia mas, y despues se bajo de un salto, hizo una reverencia y se fue bailando a los vestuarios, y todo el mundo venga de gritar de asombro y de alegria.

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