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Las aventuras de Huckleberry Finn - Твен Марк - Страница 2


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Volvi a sentarme, todo tiritando, y saque la pipa para fumar, porque la casa estaba ya mas silenciosa que una tumba, asi que la viuda no se iba a enterar. Bueno, al cabo de mucho tiempo oi que el reloj del pueblo empezaba a sonar: bum… bum… bum… doce golpes y todo seguia igual de tranquilo, mas en silencio que nunca. Poco despues oi que una rama se partia en la oscuridad entre los arboles: algo se movia. Me enderece y escuche. En seguida escuche apenas un «?miau! ?miau!» alla abajo. ?Estupendo!, yvoyy digo «?miau! ?miau!» lo mas bajo que pude y despues apague la luz y me baje por la ventana al cobertizo. Entonces me deje caer al suelo y me fui arrastrando entre los arboles, y claro, alli estaba Tom Sawyer esperandome.

Capitulo 2

Fuimos de puntillas por un sendero entre los arboles que habia hacia el final del jardin de la viuda, inclinandonos para que no nos dieran las ramas en la cabeza. Cuando pasabamos junto a la cocina me tropece con una raiz e hice un ruido. Nos agachamos y nos quedamos callados. El negro grande de la senorita Watson, que se llamaba Jim, estaba sentado a la puerta de la cocina; lo veiamos muy claro porque tenia la luz de espaldas. Se levanto, alargo el cuello un minuto escuchando y despues dijo:

—?Quien es?

Se quedo escuchando un rato; despues salio de puntillas y se puso entre los dos; casi podriamos haberlo tocado. Bueno, apuesto a que pasaron minutos y minutos sin que se oyera un ruido, aunque estabamos muy juntos. Me empezo a picar un tobillo, pero no me atrevia a rascarmelo, y despues me empezo a picar una oreja, y despues la espalda, justo entre los hombros. Crei que me iba a morir si no me rascaba. Desde entonces lo he notado muchas veces. Si esta uno con gente fina, o en un funeral, o trata de dormirse cuando no tiene sueno, si esta uno en cualquier parte en que no esta bien rascarse, entonces le pica a uno por todas partes, en mas de mil sitios. Y en seguida va Jim y dice:

—Eh, ?quien es? ?Donde estas? Que me muera si no he oido algo. Bueno, ya se lo que voy a hacer: voy a quedarme aqui sentado escuchando a ver si lo vuelvo a oir.

Asi que se sento en el suelo entre Tom y yo. Se apoyo de espaldas en un arbol y estiro las piernas hasta que casi me toco con una de ellas. Me empezo a picar la nariz. Me picaba tanto que se me saltaban las lagrimas. Pero no me atrevia a rascarme. Despues me empezo a picar por dentro. Luego por abajo. No sabia como seguir sentado sin hacer nada. Aquella tortura duro por lo menos seis o siete minutos, pero parecio mucho mas. Ahora ya me picaba en once sitios distintos. Pense que no podia aguantar ni un minuto mas, pero aprete los dientes y me prepare para intentarlo. Justo entonces Jim empezo a respirar de forma muy regular, y en seguida me senti comodo otra vez.

Tom me hizo una senal —una especie de ruidito con la boca— y nos fuimos arrastrando a gatas. Cuando estabamos a unos diez pies, Tom me susurro que seria divertido dejar atado a Jim al arbol. Pero le dije que no; podia despertarse y armar jaleo, y entonces verian que yo no estaba en casa. Tom dijo que no tenia suficientes velas y que iba a meterse en la cocina a buscar mas. Yo no queria que lo intentase. Dije que Jim podria despertarse y entrar. Pero Tom preferia arriesgarse, asi que entramos gateando y sacamos tres velas, y Tom dejo cinco centavos en la mesa para pagarlas. Despues salimos, y yo estaba muerto de ganas de que no fueramos, pero Tom estaba empenado en que antes tenia que ir a gatas adonde estaba Jim y gastarle una broma. Espere y me parecio que pasaba mucho rato, con todo aquello tan callado y tan solo.

En cuanto volvio Tom nos echamos a correr por el sendero, dimos la vuelta a la valla y por fin llegamos a la cima del cerro al otro lado de la casa. Tom dijo que le habia quitado a Jim el sombrero y se lo habia dejado colgado en una rama encima de la cabeza, y que Jim se habia movido un poco, pero no se habia despertado. Despues Jim diria que las brujas lo habian hechizado y dejado en trance, y que le habian estado dando vueltas por todo el estado montadas en el y despues le habian vuelto a colocar debajo de los arboles y le habian colgado el sombrero en una rama para indicar quien lo habia hecho. Y la siguiente vez que lo conto, Jim dijo que lo habian llevado hasta Nueva Orleans y despues cada vez que lo contaba alargaba mas el viaje, hasta que al final decia que le habian hecho recorrer el mundo entero y casi le habian matado de cansancio y que le habia quedado la espalda llena de forunculos. Jim estaba tan orgulloso que casi ni hacia caso de los demas negros. Habia negros que recorrian millas y millas para oir lo que contaba, y lo respetaban mas que a ningun negro de la comarca. Habia negros que llegaban de fuera y se quedaban con las bocas abiertas contemplandolo, como si fuera una maravilla. Los negros se pasan la vida hablando de brujas en la oscuridad, junto al fuego de la chimenea, pero cuando uno de ellos se ponia a hablar y sugeria que el sabia mucho de esas cosas, llegaba Jim y decia: «?Bueno! zy tu que sabes de brujas?», y aquel negro estaba acabado y tenia que quedarse callado. Jim siempre llevaba aquella moneda de cinco centavos atada con una cuerda al cuello y decia que era un talisman que le habia dado el diablo con sus propias manos diciendole que podia curar a cualquiera con el y llamar a las brujas cuando quisiera si decia unas palabras, pero nunca conto lo que tenia que decir. Llegaban negros de todos los alrededores y le daban a Jim lo que tenian, solo por ver aquella moneda de cinco centavos, pero no la querian tocar, porque el diablo la habia tenido en sus manos. Jim practicamente ya no valia para sirviente, porque estaba muy orgulloso de haber visto al diablo y de que las brujas se hubieran montado en el.

Bueno, cuando Tom y yo llegamos al borde del cerro miramos desde alli arriba hacia el pueblo y vimos tres o cuatro luces que parpadeaban, donde quiza habia gente enferma, y por encima las estrellas brillaban estupendas, y al lado del pueblo pasaba el rio, que media toda una milla de ancho y que corria grandioso en silencio. Bajamos del cerro y nos reunimos con Joe Harper y Ben Rogers y dos o tres chicos mas, que estaban escondidos en las viejas tenerias. Asi que desamarramos un bote y bajamos dos millas y media por el rio, donde estaba la gran hendidura entre los cerros, y desembarcamos.

Fuimos a una mata de arbustos y Tom hizo que todo el mundo jurase mantener el secreto, y despues les enseno un agujero en el cerro, justo en medio de la parte mas espesa de los arbustos. Despues, encendimos las velas y entramos a cuatro patas. Recorrimos unas doscientas yardas y despues la cueva se abrio. Tom estudio los pasadizos y en seguida se metio debajo de una pared donde no se notaba que habia un agujero. Pasamos por un sitio muy estrecho y salimos a una especie de sala, toda humeda, sudorosa y fria, y alli nos paramos. Entonces va Tom y dice:

—Ahora vamos a fundar una banda de ladrones que se llamara la Banda de Tom Sawyer. Todo el que quiera ingresar tiene que hacer un juramento y escribir su nombre con sangre.

Todos querian. Entonces Tom saco una hoja de papel en la que habia escrito el juramento y lo leyo. Cada uno de los chicos juraba ser fiel a la banda y no contar nunca ninguno de sus secretos, y si alguien le hacia algo a algun chico de la banda, el chico al que se le ordenara matar a esa persona y su familia tenia que hacerlo, y no podia comer ni dormir hasta haberlos matado a todos y marcarles con el cuchillo una cruz en el pecho, que era la senal de la banda. Nadie que no perteneciese a la banda podia utilizar esa senal, y si lo hacia habia que denunciarlo, y si volvia a hacerlo, habia que matarlo. Y si alguien que pertenecia a la banda contaba los secretos, habia que cortarle el cuello y despues quemar su cadaver, tirar las cenizas por todas partes y borrar su nombre de la lista con sangre, y nadie de la banda podia volver a mencionar su nombre, sino que quedaba maldito y habia que olvidarlo para siempre.

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